ASOCIACIÓN TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL RED DE MEMORIA COLECTIVA

Somos un colectivo de personas implicadas en recuperar la memoria de las personas represaliadas en el Fuerte San Cristóbal: recuperar sus nombres, su historia colectiva y sus avatares individuales, sus muertes, sus enterramientos, su dispersión… y compartirlo con sus familias y con toda la sociedad. Este es el objetivo de la Asociación y este es el objetivo de este blog en el que esperamos tus visitas y tus aportaciones. Un saludo.

TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL ELKARTEA, MEMORIA KOLEKTIBOAREN SAREA

Gure taldearen helburua San Cristóbal Gotorlekuan errepresaliatuak izan zirenen memoria berreskuratzea da: beraien izenak, beraien historia kolektiboa zein bakoitzaren gorabeherak, beraien heriotzak eta lurperatzeak, dispertsioa… berreskuratu eta senitartekoekin zein gizartearekin partekatzea. Hauxe da elkarte honen helmuga eta baita blog honetakoa. Bertan eginiko bisitak eta ekarpenak eskertzen dizkizuegu.

martes, 29 de agosto de 2017

VISITA DE FAMILIARES Y ASOCIADOS/AS A SAN CRISTÓBAL


      Mª Jesús ha llegado desde Granada, Carlos desde Nueva Zelanda. Ella es nieta de Bautista Álvarez. Él de Primitivo Miguel Frechilla. No se conocen entre ellos. Les hacemos saber que tienen algo en común: Bautista y Primitivo fueron juzgados juntos, fusilados juntos en la Vuelta del Castillo y enterrados juntos en el cementerio de Pamplona. A ambos se les acusó de ser organizadores de la gran fuga del 22 de mayo de 1938 junto a otros 12 fusilados también con ellos.

        Mª Jesús ha visitado el cementerio, el lugar de enterramiento, ya desaparecido; después la ciudadela, el lugar donde fusilaron a su tío. Carlos ya lo había hecho anteriormente cuando vino caminando desde Galicia, llegó hasta la frontera francesa rememorando la fuga y retornó caminando de nuevo con unos puñados de tierra recogidos en el cementerio de Iruña.



        Con Mª Jesús y Carlos, ante la puerta del fuerte nos reunimos algunos miembros de la Asociación Txinparta y familiares de Fernando Hernández Sagué, enterrado en el cementerio de las botellas; Maximiliano Sánchez, trasladado a Cuéllar; Guillermo (Willy) Meyer, nacido en Alemania y trasladado de San Cristóbal a Montijo; Teodoro Hernán, ferroviario trasladado a Alcalá, Felipe y Fernando Parra, fugados y el primero asesinado en la fuga; Ambrosio y Manuel Ríos, el primero fugado también al igual que Teodoro Sánchez, de Navarredonda de Gredos; Marcelino Díez, de Areños en la montaña palentina; Narciso Cadenas, minero leonés; Manuel Martínez Estrada, navarro asesinado en la fuga del 38 y el sangüesino José Benedé, fusilado junto a tres compañeros y enterrado en Artica.
        Mikel subió, bajó, anduvo con sus muletas todo el recorrido al lado de Ana; ambos pertenecen a la asociación y fueron pilares de la recuperación de la fosa de su pueblo, Olabe y del posterior homenaje a aquellos 16 fugados asesinados.
        Koldo guió la visita, habló del fuerte, de la construcción y dimensiones, del uso como cárcel, de la fuga, de los enterramientos en fosas comunes o en los cementerios de la Cendea de Antsoain, visitamos la desgraciadamente famosa primera brigada, los grafitis, los aljibes de agua… y terminamos el recorrido en el cementerio de las botellas



donde Ana Belén pudo acercarse al lugar exacto donde exhumamos a su tío-abuelo Narciso Cadenas, el primer preso desenterrado en este cementerio. Tres mujeres de la familia de Fernando Hernández Sagué se fundían en un abrazo sobre la fosa nº 61 donde está su familiar, simbolizando para todos el papel imprescindible de las mujeres en la recuperación de la memoria. Ellas fueron las víctimas que tuvieron el coraje de mirar desde la muerte al futuro y a la supervivencia de los suyos.

Recordaremos este día como jornada de contacto emotivo y de recuerdo solidario: “los mataron, pero no pensaron que los muertos tenían vivos y los vivos, memoria”

FOTOS DE LA VISITA

jueves, 24 de agosto de 2017

HOMENAJE A LOS FUSILADOS EN VALCALDERA


23 de agosto de 1936. A 53 personas encerradas en la cárcel de Pamplona, las van nombrado una a una, creen  que van a salir. Se sienten felices, no han hecho nada. Les trasladan a la Bardena, a la corraliza de Valcaldera, en el término de Cadreita.
Allí les esperan sus asesinos, con la fosa preparada, les fusilan a todos excepto a Honorino Arteta Echarri que, aunque herido, logra huir. Echan tierra sobre sus cuerpos; han desaparecido.
En septiembre de 2011 se realiza una prospección en la zona a fin de localizar sus restos y sacarlos a la luz. No se encuentra nada; ¿Dónde están? Se oyen rumores, se inicia una investigación  y se descubre que fueron trasladados en secreto al Valle de los Caídos. También  se descubre que, por  las ganas  y tesón  de familiares en recupérarlos  y traerlos de nuevo a su lugar de origen, se logró que en 1980, 133 navarros fueran sacados de Los Caídos, entre ellos los de Valcaldera. Pero estos de nuevo desaparecen. ¿Dónde están? Se ha continuado investigando, mirando cementerios…, no se sabe nada, continúan desaparecidos.
Como lo viene haciendo desde 2013, AFFNA36, este 23 de agosto ha realizado un homenaje a estas víctimas en el solar donde se encontraba la cárcel de donde salieron; a continuación en Valcaldera, en  el lugar donde fueron fusilados, se continuó el acto.
AFFNA36 ha pedido que los dos espacios sean considerados “lugares de memoria”; se ha nombrado a todos los fusilados uno a uno y se ha pedido al Gobierno de Navarra que realice todas las gestiones  necesarias para que en el homenaje del año que viene no tengamos que decir: ¿Dónde están?
Que sus familias puedan cerrar este duelo.


miércoles, 16 de agosto de 2017

EL CEMENTERIO DE LAS BOTELLAS


En la primavera de 1942 se abre un cementerio en la ladera norte del monte Ezkaba para inhumar a los presos que morían en el fuerte, ya convertido en Hospital Penitenciario de San Cristóbal. 
Anteriormente los presos eran enterrados en los cementerios de las 12 localidades que configuraban la Cendea de Antsoain hasta que los pueblos comienzan a quejarse de la situación y se decide hacer uno propio para el fuerte. 
                                                                   
En él se enterraron a 131 penados, debidamente  individualizados y con una botella entre sus piernas (de ahí el nombre de “cementerio de las botellas”) en la que se incluía un documento con datos del preso: nombre, edad, estado civil, procedencia, condena, causa del fallecimiento…

En 1945 se cierra el Sanatorio Penitenciario de San Cristóbal y queda en el olvido, camuflado en la vegetación que lo va cubriendo y haciendo desaparecer como si allí no hubiera sucedido nada.
En abril de 2006 Roldán Jimeno, hijo  del historiador José María Jimeno Jurío, encuentra un listado de su padre con 73 presos enterrados en el cementerio de San Cristóbal.
Las noticia sale a la luz, se da a conocer a la ciudanía en una rueda de prensa. En el día del homenaje de ese año hay otra sorpresa: Diario de Navarra publica un artículo titulado “El cementerio de las botellas”  donde se afirma que son 131 los enterrados y se muestra un plano del mismo, realizado por el capellán, documentación que procede del Archivo Diocesano.
Eran hechos conocidos por la Iglesia, autoridades…, pero no por los familiares de los muertos que desconocían dónde estaban enterrados.

Cuando accedimos al cementerio, no se diferenciaba del resto del monte, estaba cubierto de árboles y maleza.

Nos planteamos la idea de exhumar esos restos; para ello era necesario solicitar a la Comandancia Militar de Pamplona el permiso (es terreno militar) y comenzar a localizar familiares, objetivo bastante complicado debido a la gran dispersión geográfica de los mismos.


En abril del 2007 realizamos labores de limpieza en el cementerio y en Junio de ese año se inician las dos  primeras exhumaciones.  En julio, otra más. 
Todo sale bien y  la primera botella con documento legible nos confirma que, efectivamente, aquel era Andrés Gangoiti Cuesta, tal como habíamos deducido por el plano.

En octubre de ese mismo año iniciamos otra exhumación y fracasamos; en el lugar no aparecen restos, por lo que cuestionamos nuestra interpretación del plano y hacemos un parón en las exhumaciones.


En junio de 2010  se inicia una actuación sobre el cementerio poniendo a la vista todos los enterramientos, incluidas algunas botellas con documentos que nos permiten reinterpretar el plano y exhumar los restos de 31 presos solicitados por las familias.

En diciembre de 2010, siete familias de presos solicitan la exhumación de los mismos y se lleva a cabo.


En mayo de 2011, coincidiendo con el homenaje de ese año, se realizan dos exhumaciones más, y los restos son entregados a sus familiares en el mismo homenaje.

En noviembre de 2013, en un paisaje completamente blanco por la nevada,
se realiza la exhumación de Diego Cáceres, última realizada hasta el día de hoy.


Todos los restos con sus correspondientes informes forenses fueron entregados a sus familiares.
La no realización de nuevas exhumaciones se ha debido a la dificultad de encontrar a familiares o a las reticencias mostradas en algunos casos para iniciar el proceso.

El cementerio poco a poco va volviendo a su estado anterior: la hierba y la vegetación van creciendo de nuevo, pero no ha quedado en el olvido. Con cada visita que acompañamos al fuerte, vamos hasta él, contamos su historia, hablamos de los presos que continúan ahí, que los tenemos localizados, que sabemos sus nombres, cuándo murieron y de qué, pero que en la mayoría de los casos sus familias no lo saben.


Txinparta, entre sus objetivos para el 2017, incluye: “Realizar un proyecto de reparación y propuesta de actuación sobre el Cementerio de las botellas”.
Nos planteamos como mínimo hacer una labor de limpieza y reparación de paredes con jóvenes de Txinparta Gaztea y otros voluntarios. Para ello habíamos solicitado un proyecto técnico básico al que atenernos. Pero desde Paz y Convivencia se nos dijo que paralizásemos la iniciativa, porque lo iban a plantear como campo de trabajo a través del Departamento de Deporte y Juventud del Gobierno de Navarra.

Ante esta situación pensamos que había que desarrollar más el proyecto técnico y así se lo pedimos al equipo de arquitectos que, efectivamente, lo desarrolla incluyendo, además del arreglo y limpieza, elementos simbólicos de memoria.

Al fin el campo se desarrolla del 25 de julio al 8 de agosto bajo la responsabilidad de la Sociedad Aranzadi y se limita a la idea básica de limpieza y arreglo de paredes, que no se puede concluir en todo el recinto.







La responsable del grupo de trabajo nos invita a guiar una visita al fuerte con dicho grupo y otro que en la zona de Burguete trabaja en el rescate de los búnkeres.Como no se había solicitado oficialmente la  visita al interior, la hicimos por el exterior, compartiendo con el grupo joven la historia y las historias que en torno al fuerte hemos conocido y oído a los presos que allí estuvieron. Nos acompañaron responsables del         Departamento de Deporte y Juventud.


También les acompañamos el último día, cuando daban los últimos retoques y recogían el material. Coincidimos con la visita (que desconocíamos) de los responsables de Paz y Convivencia con la Consejera al frente. Las y los jóvenes estaban felices por el trabajo realizado y porque han conocido la historia tan especial de este lugar, sobre todo a partir del golpe militar, ya que también han tenido charlas y contactos con otras personas o asociaciones relacionas con la Memoria Histórica. 
Es un buen inicio para preservar y convertir el Cementerio de las botellas en un lugar de memoria histórica. Agradecemos a todas las personas e instituciones que lo han hecho posible. Txinparta continúa con la tarea de localizar a familiares de los enterrados y ofrecerles la posibilidad de  exhumarlos y que ese  sea un lugar de Memoria Histórica debidamente señalizado con sus muros reparados, indicando el lugar donde fue o está enterrado cada preso del fuerte.


Más fotos



viernes, 4 de agosto de 2017

ARMH DE PALENCIA EN EL HOMENAJE

Este año nos acompañó en el homenaje la ARMH de Palencia y en su nombre José Luis Posadas, nos relató que, al igual que en muchos otros lugares, en Palencia hubo represión, encarcelamiento y muerte. Unos 200 palentinos pasaron por la prisión de San Cristóbal; algunos quedaron aquí, ya que murieron en ella, entre ellos su abuelo, PRIMITIVO POSADAS MARTÍNEZ, que falleció en Junio de 1941.

José Luis nos recitó este poema del poeta palentino Julián Alonso, comprometido con la Memoria Histórica:

FUERTE DE SAN CRISTÓBAL

Somos hormigas, topos,
animales sin rostro
habitando en la sombra.
Borraron nuestros nombres,
mas, nuestros corazones
no caben en las celdas.
Nos taparon las bocas
para ahogarnos el grito.
Sellaron con su plomo
nuestros labios heridos
mas el silencio, ahora,
es un hondo clamor,
un torrente imparable.
El agua del recuerdo
ha roto sus barreras
y ya no se detiene:
que todo el mundo sepa
lo que fue de nosotros,
que la terca memoria
nos devuelva a la vida,
que nadie olvide nunca
por lo que hemos luchado

JULIÁN ALONSO                                 Palencia 12/05/2010